domingo, 5 de febrero de 2012

A MI AMIGO JOSE MARIA RUIZ REQUENA






JOSE MARIA REQUENA Y JOSE LUIS MORENO

Sólo cuando uno llega a amar profundamente a otra persona a la que le distancia únicamente la edad, normalmente padres, se pregunta alguna vez de forma involuntaria y traicionera, qué día ese muro  insalvable del tiempo romperá  el débil y etéreo equilibrio que la casualidad o  no tan casualidad un día unió, y no es precisamente la primera vez que a mi me ha pasado esto contigo amigo "Pepe Requena", supongo que además ha sido en las ocasiones que más feliz me he sentido, que más placer me has proporcionado, supongo también fruto de la arbitrariedad de la mente que trabaja y se aferra  fiel a no dejar marchar el efímero momento del goce de la vida, y mucho menos  a la persona responsable de procurarlo, y lo que he soñado muchas veces despierto, robándome pequeños  instantes de puro goce a tu lado, ahora ha llegado de verdad. Hoy, casi un mes después, ya más sosegado tras tu fallecimiento y habiéndome alejado de esos intensos instantes que han supuesto "tu último paseillo"  y del vacio paralizante que me has dejado, hoy por fin soy capaz, en la soledad de la noche, de escribir estas líneas acariciando tu recuerdo  bajo la estela infinita de tu amistad, dejando el dolor varado en la orilla y una triste y penosa borrachera a la que me encomendé, refugiándome en tu honor, hace veinte días. 

  No siempre dos almas iguales o gemelas, como diría Punset, se encuentran, (y de esto se mucho que para eso nací naturalmente clonado) y menos aún cuando no hay código genético ni ADN de por medio, entonces es precisamente cuando llega el milagro, cuando uno se reconoce asimismo en la otra persona y por una fuerza inexplicable quedan ambos atrapados, así hace ya algo más de veinte años te ví por primera vez en las oficinas de Winterthur en Avda. de Constitución, yo un joven comenzando en la vida y tu, ya maduro, casi retirándote de  toda una vida profesional, yo con anhelo de un padre recientemente perdido y tu con anhelo de terminar una fase de tu vida, la profesional, que estoy seguro representaba ya todo lo que tu esencia no era; unas palabras, unas  escasas vivencias, una mirada profunda para reconocerse, la sencillez y la transpariencia en todo, unos bosquejos con gran sentido del humor  bajo una fachada tristona que sólo la sensibilidad al dolor de los demás otorga la vida en seres cabales, un sentimiento amargo de ambos por lo ausente, y una kimera compartida: el campo, los animales, la ganadería, el cortijo y los toros, y esa última palabra selló para siempre con lacre rojo, perdón grana, una sincera amistad, para mi el amor de un hijo a un padre.-

  Hoy sumido en la impersonal tecnología informática me niego a olvidar los encargos que hacías, primorosos, todo ordenado, diferenciado y personal, y como no, tus notas, como olvidarlas, tus características notas, inconfundibles en tu despaciosa letra, y que hoy he recordado vivamente releyendo las cartas y fotos que me enviabas al despacho con algún artículo taurino, sobre, letra y sello, en qué momento las recibía, tu no lo sabías o quizás sí, pero llegaban cuando más  más convulso era mi interior y más falta me hacía recordar mi propia esencia, y tus llamadas, o tus visitas al despacho, ¿escuchabas mi angustia? aparecías para serenarme, sacarme del agujero y llevarme a algún bar para hablarme de la familia, de Viznar, de pájaros, de galgos, de flamenco, de toros sobre todo toros, y de la vida, lo hacías para enderezarme, para guiarme, como si esos sentimientos los conocieses, como si me vieses perdido sin padre, o simplemente como amigo, cómo te voy a echar de menos!, me tranquiliza saber que te has ido pero que tu altruista obra permanece en mi y no morirá en mi recuerdo, sino que la esparciré a amigos y familia (a la que sin pretenderlo conociste al completo), sobre todo a esta última, la familia, de la que me enseñaste a comprender que era lo más importante, los  cimientos sobre lo que todo se construye, bastó ver la fotografía del salón de tu casa con tus hijos a lomos de un burro en Viznar para entenderlo y entenderte.- Quizás en esta reflexión encuentro la difícil respuesta al hecho de haber aceptado un día ir a una corrida de toros/novillada contigo y con Silver, y luego repetir, repetir y repetir hasta hoy. Recuerdo a mi mujer un verano, eran tantas las ganas que tenías de ir a los toros y disfrutar con nosotros que ni Silver ni yo (saturados de obligaciones como padres) aguantábamos tu ritmo, hasta el punto que tuvimos que alternarnos, y ella me decía, "pareces su hijo", ya te vas sólo con él..., pues sí, así fue, bendito verano , bendito padre y bendito aprendizaje a tu lado.

¿sabes de quién era la petaca que Juncal regaló al búfalo en la serie JUNCAL de TVE? pregunta clave para entrar en el elegido grupo de aficionados de verdad a la fiesta de los toros, cómo olvidar aquello. Ricardo Torres Bombita, "el Bomba", claramente erré y no merecía por conocimientos haber ingresado en el clan, pero al parecer mi afición y facilidad para aprender también contó...., claro con un maestro así cualquiera....  "Vamos a hacer un seguro a Viznar", (frase clave de tarde de toros), Granada, Priego, Jaén, Cabra, Antequera, Pelagajar, Huéscar, Baza, Pozoblanco,  Almería, Málaga, Córdoba, Sevilla, Jérez, Úbeda, etc.., Madrid,... aquel viaje a Madrid, con Basilio, uno de Ordoñez y otro de Finito..., veinte años de toros, anécdotas, decepciones, triunfos, muletazos al aire, "un peregrinar" por pueblos y ciudades, viéndote rejuvenecerte cada vez que te montabas en el coche o cada vez que salía un toro bravo por la puerta de chiqueros, cómo olvidar los lances de salón que diste a la puerta de Los Califas después de que el "fino" destapase el tarro de las esencias allá por el año 1997/98, o  tu vaticinio sobre la tormenta que se avecinaba con "el Juli", las tardes de Joselito, César Rincón, o el sumum con José Tomás. Siempre me gustó cómo te aliabas con toreros valientes y con clase, sobre todo con los desfavorecidos, los injustamente tratados en la selva de la vida pero a los que tu claramente reconocías su -verdad- torera. Me llevaste a ferias del toro, a maravillosas conferencias y a todo un aprendizaje taurino, y al gusto por los detalles, únicos en cada torero, en cada persona, en cada toro, y a ver los toros con otras gafas, con otras lentes, esos picadores sentados en el tendido comiendo jamón, ese alguacilillo destartalado, esas mulillas impecables, ese torilero con el chandal del Madrid, ese primoroso traje de luces del banderillero, esa cara de miedo de Chicote, un buen puyazo, una Presidenta sin pañuelo, un toro afeitado o un toro bravo de verdad, y esos parrales de los patios de caballos, como olvidarlos, o el ateo de Joselito que no entraba a la capilla.., y de todo ello surgió espontáneamente la gira tras José Luis Moreno, ese niño al que le viste la grandeza de un torero desde el principio, como novillero, ese torero al que vimos la última vez que estuve en los toros contigo, en Pozoblanco, matando la corrida de Victorino, y así tenía que ser.... Recuerdo una vez que en Antequera tu amigo José Luis quiso invitarnos a una cerveza tras la corrida, yo iba ilusionado por conocerle de cerca y hablar con él, al fin un amigo torero, y claro, José Luis, listo él, tuvo los ojos clavados en Pepe, y los oidos muy abiertos escuchándote sólo a tí, Silverio y yo eramos dos farolas, nada más.. no podía ser de otra forma.. La fotografía de esta entrada la tengo puesta en el salón de mi casa desde hace mucho tiempo, te  representa como ninguna, José Luis con toda su juventud e ilusión y tu José María, feliz, sonriente y paternal y así te voy a recordar.

Y lo de Jérez del Marquesado, sin nombre, esa plaza de palos, esa banda de música mitad tocando mitad en el ruedo,.., tú de asesor taurino y Silver y yo hartándonos de comer con la Guardia Civil en el salón de plenos del Ayuntamiento... El lomo en orza, la tortilla de patatas o el choto del Monserrat han sellado tardes de toros buenas y no tan buenas en ventas de carretera al mas puro estilo torero en la furgoneta y su cuadrilla.

Tampoco puedo olvidar una tarde que viniste al despacho y hablamos largo y tendido en un bar sobre Viznar y Lorca, recordando tu infancia y tu vida, y fue ese día cuando te escuche hablar  por primera y única vez de la maldita cueva del gato en dónde ahora tengo entendido descansas, no se me olvida el brillo de tus ojos contándolo y hubiera deseado alargar aquella tarde-noche de confesiones secretas pese a la funesta premonición, -No debiste salir de Víznar- y así me gusta recordarte, en el recogimiento íntimo de dos amigos y nada más.

Han sido muchos e inolvidables momentos, desde aquí te doy las gracias por ello, y siento no haber podido hacer una campaña americana contigo, hubiese sido maravilloso, pero no nos tocó la lotería.., así que tendremos que esperar y probar con Silver, a ver si un día lo conseguimos. De tus últimos días prefiero no hablar, me produce un inmenso dolor, y me aparto de ellos como lo hice personalmente cuando se avecinaba el final en favor del exclusivo e íntimo momento  del que es único legitimo tenedor tu familia. Y como he dicho prefiero recordarte en el tendido de la plaza, a mi lado, por el lado que oías mejor, y te puedo asegurar que no habrá corrida de toros a la que asista en la que no estés presente, y cuando salga un toro bravo como los que a ti te gustan, "que no se dejen", o un torero puesto y valiente, "que primero domine y luego toree", notaré que me miras con asombro, y  me rozarás con tu pierna la mía en cada lance lleno de emoción, reconoceré que te ha gustado y que sigues ahí, junto a mi,  lástima que tu gorra ya no volará por el ruedo, aunque eso era tan exclusivo que será lo único que haya muerto de verdad. Adios amigo...




2 comentarios:

  1. Amigo Fernando, no se que decirte, leyendo esto he sentido una "corná" muy fuerte, estoy bloqueado, nunca podrè agradecerte estas hermosìsimas lineas que le has escrito a mi padre, se que lo querìas casi tanto o igual que yo, el tambièn te apreciaba profundamente, decía que eras un tio cabal, no puedo seguir, estoy llorando...

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  2. Me dijo Silverio que eran dos o tres líneas nada más, unos escasos versos, y cuando he abierto y he encontrado esto, qué emoción más grande y qué envidia que haya facetas de mi padre que nunca conoceré pero que gracias a ti he podido paladear y reconocer de él. Además, la cara de ilusión de mi padre en esa foto con José Luis Moreno, todas las tardes de alegría de toros que pasó contigo, qué gran suerte para mi padre el haberte encontrado también!. Que dios te bendiga Fernando Navarro

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