miércoles, 28 de diciembre de 2011

LAS PLEYADES



    Este cúmulo abierto de estrellas (con abundante gas interestelar), que así es como se denomina  la agrupación de centenares de estrellas por mutua atracción gravitacional, -aunque con el transcurso del tiempo seguirán su destino por separado-, me persigue cada vez que miro al cielo en mis mejores momentos como montañero, ha sido mi guía, mi orientación, mi equlilibrio en el cielo y en  la tierra desconocida que pisaba, mi luz, mi placer, y sin saber porqué hasta mi consuelo en la noche mientras pegaba botazos o cramponazos en la nieve. Desde mis  primeros pateos en la negrura por sierras y montes de iniciación, pasando por la eterna y querida Sierra Nevada, incluso recordando el lejano Elbruss en el Caúcaso, y hasta ayer mismo en Sierra Mágina este cúmulo brillante (el más brillante del firmamento), ha tenido  una especial belleza y atracción que no ha pasado por mi desapercibida, y por lo que conozco ahora, no soy el primer hechizado..

Aunque ya presente en mis caminatas, es a mi suegro Justo Casares, amante de la astronomía, al que  le debo un conocimiento más profundo, la localización en el cielo, y la pasión por su misterio y belleza. <hoy sabemos que el cúmulo se encuentra en la constelación de Tauro (Taurus), visible por encima de la estrella denominada Aldebarán (la de mayor magnitud de Tauro), claramente reconocible en el cielo de invierno sobre otra costelación, Orión, en dirección este del techo celeste, situado a más de 400 años luz de la tierra, -sin embargo cercano a ésta junto al más próximo, Hyades-, con un diámetro mínimo de 14 años luz (casi nada), contiene entre 500-1000 estrellas (en alguna opinión 3000) y una estrella de las siete visibles, Alcíone (quédense con el nombre) de un brillo 300 veces superior al del sol que nos calienta. La M45, así se denomina en astronomía,   también ha recibido el nombre de las Siete Hermanas, las Cabritillas, o las conocidas Pléyades (palomas). Según la tradición, griega, Zeus las colocó, a las hermanas, entre las estrellas después de haberlas convertido en palomas para protegerlas de Orión que las perseguía, y según tradicción también eran hermosas ninfas compañeras de Ártemis y ante la persecución de Orión, las situó en el cielo para protegerlas. Es curioso pero la leyenda sobre la localización en el cielo de las ninfas me hace evocar también  cierta protección pero por parte de ellas hacia nosotros en la oscuridad de la montaña. Cúmulo joven, nacido de un colapso anterior y compuesto de multitud de estrellas en su mayoría blancas-azules, ya tiene fecha de caducidad para los científicos, sin embargo antes de que esto ocurra, al ser humano no le ha sido invisible>:

Hay referencias, la mas antigua, en la historia China, después los Incas, Los Aztecas, los Índios, Los Mayas, Los Egipcios, etc., pasando por referencias Bíblicas, (job y Amós) y de una importancia extrema en los Mayas en la confección de su calendario, basado además en los cultivos en función del tiempo que desaparecía el cúmulo del cielo. Hoy los Egiptólos ven cierta alineación de las pirámides hacia la "dividinad" de las <pléyades> en concreto y matizando hacia Alcíone (la estrella a la que he aludido), alineación también coincidente con la pirámide maya, (increible) y cuya cultura a este cúmulo ha ido mas allá, considerando a Alcíone como la estrella central de la galaxia, sobre la que gira el sistema solar al igual que nosotros y los planetas lo hacemos alrededor del sol. Sobre esto se ha confeccionado una descomunal religión/leyenda, los mayas parece ser consideraban por la observación que todo cuerpo, incluida la vida, tenia varias fases, nacimiento, juventud, madurez, vejez hasta la muerte o renovación, también el día y el universo se regía por el amanecer, el día, la tarde y la noche, e intuían que el universo conocido para ellos, el sistema solar -la galaxia-, obedecía a las mismas reglas, asi que situado el centro en Alcíone, el sistema galáctico giraba sobre el mismo y cada vuelta  y cada ciclo (día, tarde, noche), suponía un cambio trascendente, y aquí muy resumidamente llegamos al 21-12-2012, fecha que termina un ciclo de 26.000.- años aproximadamente generando incluso seguidores (hemanos Pleyadianos creo que se llaman), que creen en ese cambio en el mundo físico (ya se anuncian catástrofes) y en lel espiritual relativo a los seres humanos y demás doctrina. Curiosamente los avistadores de Ovnis, incluido los que se sitúan en la tercera fase, (transporte a otro lugar),  fijan otra dimensión del ser humano precisamente en las Pléyades, el centro de la luz, y la conexión de otro mundo trascendente con el mundano que conocemos..

Bueno, yo sin pretender llegar a tanto, si es verdad que este cúmulo me ha atraido y me ha servido de guía, supongo como a otros muchos montañeros o marineros en la noche estrellada, y hoy traigo las Pléyades a colación porque esta luz en el cielo ha unido varios mundos, (terrenales), presente y pasado. Ayer en la sierra de Mágina y mirando el firmamento en una verea  cualqueira no pude sino acordarme del tío carnal de mi suegro, de Don José Casares Roldán, fundador y Preseidente del Cubl Penibético allá por los años 1920, y posteriomente creador del Club Sierra Mágina en su destino de profesor en Jaén. Hace unos días leí los pasajes dedicados a este figurón de la historia del montañismo en Sierra Nevada y en Sierra Mágina, (tío abuelo de mi mujer) en el volumen II de Sierra Nevada, una Gran Historia de Don Manuel Titos, (al que por cierto aprovecho para darle las gracias por su comentario en m artículo de blog "y Dios creó los Alayos"), pero es que además ha concidido que ha caído en mis manos un manuscrito del año 1975, (copia enviada a mi suegro), redactado por el Sr. Casares y dirigido al amigo y  Presidente de la Federación de Montañismo en ese momento, en el que ya en el ocaso de su vida recordaba sus años en Sierra Nevada, y claro, como no, la pasión por la Sierra nos ha unido en el placer de levitar por las veras y caminos de ambos macizos pero sobre todo bajo ese cielo inmenso de la noche de invierno auspiciados por la protección y guía de las divinas Pléyades, ambos hemos visto el mismo cielo, y ayer, al igual que una semana antes en el collado del pino de Dilar, la historia nos ha transmutado en el tiempo y en las personas. Realmente en un lugar y otro Sr. Casares, (somos familia), me has acompañado por el monte, únicamente me queda presentarte a mi compañero de fatigas, José Ignacio Camacho, pues tus amigos, por suerte, ya los conozco por el magnífico libro del catedrático Sr. Manuel Titos.  Ah! y que en diciembre de 2012, si las Pléyades quieren, que nos pille en el monte, por si acaso....

1 comentario:

  1. Que interesante amigo, y que bien documentado, si señor! Mejor que sigamos con la pretemporada, vaya que sea verdad el augurio y solo nos quede un año de cerros y "trampones".

    Ah! gracias por las presentaciones!

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